Me desespera la espera. Esperar a alguien que seguramente no conoces, si no es un cliente recurrente. Esperar a lo posible inesperado. Ya ni cuento el número de imprevistos que he tenido que vivir y superar. El cliente de por sí, es inesperado, en todos los sentidos.
Siempre guardas la esperanza que todo va a salir bien, que el cliente será respetuoso y que se mantendrá en los acuerdos previos de la prestación.